Hace unos meses iniciamos la ruta hacia la isla de Gran Canaria. Recordamos que esta asistencia técnica que hemos realizado ha sido promovida por el área de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria a través del equipo técnico de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.
Comenzamos a conocer el territorio, a observarlo, a interaccionar con él, a dejarnos conocer y aprender con él. Realizamos una primera pausa para escuchar y comprender la trayectoria del camino por el que íbamos a continuar nosotras. Experiencias con éxito, sin él, experiencias de diálogo, de verticalidad, experiencias de búsquedas de comunicación y de silencios con memoria y desconfianzas, pero finalmente experiencias que conforman el contexto actual de los territorios Reserva de la Biosfera de Gran Canaria (RBGC).
Siguiendo una vereda que iba encontrando firmeza al paso de ser construida, fuimos reconociendo voces, liderazgos, voluntades, saberes, motivaciones, propuestas. Nos parecía importante generar un espacio de reflexión en torno a qué implica ser Reserva de la Biosfera (RB) desde lo individual a lo colectivo, cómo está siendo percibida, qué co-responsabilidades conlleva, si existe o no un discurso compartido, tanto entre la población como entre ésta y la administración y entre las instituciones. Estos encuentros dieron como resultado una gran diversidad de conclusiones, entre ellas: la confirmación de un sesgo medioambiental en la percepción del concepto de RB; difusa información sobre ésta y grietas en las vías de comunicación; se reconocen dificultades y limitaciones en la participación así como despoblamiento en algunos territorios y envejecimiento de los mismos; hay un alto nivel de desconocimiento de cuál es la estructura institucional que gestiona la RBGC y su funcionamiento. Además de estos aspectos, las sesiones de trabajo con las instituciones también revelaron una débil o nula asunción de un discurso compartido sobre la RBGC en las áreas de las administraciones locales e insulares, la existencia de una maraña normativa limitante y contradictoria en sí que dificulta la gestión de la reserva, en tanto en cuanto ésta debe implicar y coordinar a multitud de áreas así como que la RBGC desde sus inicios no ha sido planteado en las instituciones como un proyecto territorial común.
Una vez facilitado este proceso de profundización y reflexión, tocaba el turno de analizar la gestión de la RBGC: de quién/es depende, cómo hacer para que ésta tenga sentido para la población y funcione. En este sentido, y aunando todas las respuestas, el resultado final encamina a que parte de la solución radica en el cambio o transición hacia un nuevo modelo de gestión, donde la RBGC no emane exclusivamente de un área. Que haya un equipo multidisciplinar, mayor y mejor gestión de los recursos, que se pueda invertir en mejorar las vías de comunicación para seguir desarrollando y ampliando el discurso sobre la RBGC, que existan personas referentes y/o dinamizadoras en los territorios que faciliten la participación y el diálogo con las instituciones, entre ellas y con la población. Todas ellas son propuestas en base a la visión y experiencias de los distintos agentes locales con lo que hemos trabajado, que implican un cambio, sobretodo, en la concepción institucional de la RBGC. Pero ¿y qué ocurre con la co-responsabilidad de la población?
La participación individual y colectiva también quisimos trabajarla y profundizar sobre ella en estos encuentros. En todo territorio hay liderazgos representativos, no representativos, personas a las que la información llega y a las que llega pero no le interesa o las que no llega; personas dinamizadoras y personas que les acomoda ser dinamizadas, colectivos implicados en la realidad social, cultural, ambiental y económica de los pueblos, y otros en alguno de esos sectores. Es esta amalgama de posibilidades la que permite que una sociedad se mueva, y que en ella se plasmen diferentes retos y dificultades que las mantengan dinámicas. Teniendo en cuenta esta heterogeneidad social, se siguen observando en ella restos de un asistencialismo muy marcado: “la administración tiene que”, “deberían de”, “lo que tendrían que hacer es”. Y en general, la reflexión sobre qué puedo hacer desde mi lugar, en qué puedo aportar, si debo o no esperar a que otras se muevan, se advierte débil, como así lo hemos ido observando a lo largo de nuestra experiencia profesional en los distintos territorios. Creemos fundamental generar y acompañar en estos ejercicios de autoreflexión y crítica sobre la participación, que faciliten el despliegue de las dependencias y fomenten procesos de autonomía individual y colectiva tanto desde la población como las administraciones públicas.
Todos estos resultados han emanado de diferentes espacios de encuentro personales, grupales y multidisciplinares que dimos forma desde Tágora. Teniendo en cuenta los sectores de población que conformarían un futuro Consejo de Participación de la RBGC, se facilitaron encuentros personales con población organizada y no organizada; se realizó una sesión de trabajo con el equipo técnico de la RBGC (además de las reuniones de coordinación); se organizó el I Encuentro de Coordinación Técnica para técnicos/as y concejales/as de las administraciones insular y locales que conforman la RBGC y también co-organizamos y dinamizamos el I Encuentro de Jóvenes por la RBGC.
Desde Tágora entendemos este trabajo de base realizado para el Cabildo de Gran Canaria, como un paso necesario y previo a la constitución de los órganos de gestión y participación de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. Reconocer y fortalecer las dinámicas de relación en los territorios a través de la comunicación y espacios de encuentro e intercambio como clave para el diálogo y el trabajo conjunto que permita sumar, crear y seguir avanzando hacia una idea compartida de desarrollo.